¿Qué Relación Hay entre Cocinar y la Evolución Humana?

Autor: Luis Eduardo Hernández
Tiempo Lectura: 4 mins
Conteo: 732

Viendo los registros prehistóricos y la fuente de alimentos disponible en esas eras es razonable preguntarse: ¿Qué se supone que los humanos debemos comer de acuerdo a lo que la naturaleza nos ofrece? ¿Se supone que somos carnívoros, herbívoros? Si nos acomodamos a la oferta de la naturaleza SIN tomar en cuenta el dominio del fuego, nos encontramos con la paradoja que una dieta exclusiva en recolección de frutas y granos condena a la especie humana a la desnutrición absoluta. ¿En qué momento entra en la fotografía la comida cocinada? ¿La carne? Si no tenemos colmillos, ¿Somos carnívoros? Todo sabe mejor cocinado, ¿Nuestra evolución va de la mano con nuestra habilidad de dominar el fuego?

¿Cuándo Empezamos a Cocinar?

Richard Wrangham en su libro Catching Fire: How Cooking Made Us Human toca este tema de manera clara y nos invita a pensar en la influencia de los alimentos cocinados y nuestra propia evolución. Wrangham prácticamente nos invita a pensar en que la calidad de nutrientes que trajo el cocinar los alimentos mejoró la disponibilidad de energía para el organismo y con ello transformaciones en la especie tanto morfológicos como de comportamiento (2, 3).

Muchas razones de peso hay que justifican el proceso de cocinar los alimentos: matar bacterias y otros microorganismos, aumentar la aceptabilidad de los alimentos provocando que sean más fáciles para masticarlos y digerirlos, aumentar el sabor del alimento o tan solo porque se ve bien. De hecho, todas las evidencias sugieren que el dominio del fuego fue un punto decisivo en la evolución humana: no solo por la protección que el fuego ofrecía contra depredadores y otras tribus sino que permitía cocinar alimentos. Y con la posibilidad de cocinar se abrió toda una fuente de posibilidades a la especie humana, su evolución y la evolución de la herramienta más significativa de la humanidad (según Charles Darwin): el lenguaje.

Un cerebro que puede formar un tren de pensamiento para ser comunicado por medio de palabras hechas utilizando el aparato respiratorio es un cerebro complejo y grande. Es un cerebro que piensa, formula y razona. Es un cerebro que consume grandes cantidades de energía. Para satisfacer la alta demanda de energía del cerebro humano no es suficiente con recolectar frutas y bayas, hay que proveer de altas cantidades de proteína y carbohidratos para mantener el cerebro en funcionamiento y desarrollo. Aquí es donde el dominio del fuego y la cocina jugó un papel fundamental en la evolución humana. Tal es el papel de la comida cocinada en la evolución humana que en experimentos y tendencias dietéticas donde se recurre a una dieta de alimentos sin cocinar como frutas y granos crudos los participantes de dichas dietas terminan desnutridos y con graves deficiencias nutricionales (2).

Encendido debate hay alrededor de la época en que la humanidad empezó a cocinar y de esta forma aprovechar mejor los nutrientes de los alimentos y evitar enfermedades. Los alimentos cocinados son más suaves y fáciles de digerir lo cual ponía a disposición de nuestro ancestro una fuente de energía y más fácil de incorporar al organismo. Con más nutrientes a disposición el cerebro pudo crecer al tamaño actual y ejecutar procesos más complejos como lenguaje y pensamiento abstracto. Entre más inteligencia y complejidad adquiría el cerebro, más demandante de energía y nutrientes, más decisiva era la buena nutrición y sobretodo la alimentación con alimentos cocinados (3).

Así entonces nuestra evolución a una especie con mayor uso de inteligencia abstracta y capacidad de formar lenguaje puede haberse visto influenciada por algo tan culturalmente arraigado como cocinar alimentos. ¿Qué puede ser más humano que compartir alimentos a la mesa mientras se conversa? Según Darwin: Nada.

¡Qué el legado continúe!

LEHP

Referencias

  1. Albala, K. (2013) Food: A Cultural Culinary History. Great Courses Plus, Virginia.
  2. Wrangham, R. (2009) Catching Fire: How Cooking Made Us Human. Basic Books. New York, 2009.
  3. Nelson, S. (2010) The Cooking Hypothesis Revisited. Evolutionary Psychology, 8, 3, 340 – 342.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: